El día que sin querer desperté, estaba bajo la lluvia al son
de los truenos.
Veía a las personas correr para no mojarse, pase cerca de un parque donde los niños con máximo deleite jugaban.
Veía a las personas correr para no mojarse, pase cerca de un parque donde los niños con máximo deleite jugaban.
El día que sin querer desperté, confundí a las gotas con las
lágrimas bajando por mi mentón, desatándome de mis viejos dogmas, doctrinas, y
religiones. Dejando libre mi pensamiento
anhelante y oyendo a mi corazón crujir tan fuerte que el pecho parecía explotarme.
El día que sin querer desperté, fue cuando palpé la lluvia por primera
vez, disfrute las nubes fúnebres pero
hermosas posando sus formas para mí, el olor húmedo, nostálgico y fugaz hizo
suspirar a mi alma, el chasqueo de los zapatos cuando personas caminaban a mi
lado escuchando solemnemente de fondo los nocturnos de Chopin que nunca
supe como deleitar..
Fue tan simple la forma de completarme en este lugar
complejo y mi mente solo sabía dormir.
Siendo un acaparador de recuerdos andante, vivo y dormido a la vez.
Siendo un acaparador de recuerdos andante, vivo y dormido a la vez.
El día que sin querer desperté, bueno… Paseaba sobre este hermoso
lugar que ya les comente, pero dentro de mi urna, viéndome desde la nada podrido
y sin vigor como siempre fui.
Contemplando lo que perdí y nunca tuve.
Contemplando lo que perdí y nunca tuve.